La abarca ("avarca") menorquina es un calzado de suela de caucho, cuya parte delantera está cubierta con piel y con una tira también de piel para cerrar el pie. Empezó siendo un calzado rural, muy apropiado para el trabajo de campo por su resistencia y flexibilidad. Mercadal fue su centro de referencia durante años. Allí se hacían abarcas tradicionales a medida, un oficio de artesano que ejercieron varias generaciones de la misma familia. Pero el oficio se acabó con la popularización de las abarcas como calzado de verano. La diversidad de pieles tanto en colores como en texturas es inimaginable y cada año, cuando uno piensa que es imposible seguir innovando, nos vuelven a sorprender las colecciones de la nueva temporada en escaparates de toda la isla. Me atrevo a decir que no hay un solo menorquín que no haya usado abarcas. Y, por supuesto, si hay una compra imprescindible en cualquier visita a Menorca es, como mínimo, un par de ellas. Hay varios fabricantes locales, entre los más conocidos Ría, Mibo y Castell.
Menorca es la segunda de las Islas Baleares. Los menorquines somos hospitalarios y presumimos de historia, monumentos megalíticos, caballos y gastronomía, playas y sol y, desde el año 1993, de que la UNESCO nos declaró Reserva de la Biosfera. Se conocen nuestros zapatos y abarcas, bisutería y queso. Queremos que la isla se conserve como es y, mientras invitamos a que nos visiten, queremos que los viajeros, muchos, la quieran como nosotros. Este blog pretende transmitir ese sentimiento.
domingo, 12 de abril de 2020
Abarcas menorquinas
La abarca ("avarca") menorquina es un calzado de suela de caucho, cuya parte delantera está cubierta con piel y con una tira también de piel para cerrar el pie. Empezó siendo un calzado rural, muy apropiado para el trabajo de campo por su resistencia y flexibilidad. Mercadal fue su centro de referencia durante años. Allí se hacían abarcas tradicionales a medida, un oficio de artesano que ejercieron varias generaciones de la misma familia. Pero el oficio se acabó con la popularización de las abarcas como calzado de verano. La diversidad de pieles tanto en colores como en texturas es inimaginable y cada año, cuando uno piensa que es imposible seguir innovando, nos vuelven a sorprender las colecciones de la nueva temporada en escaparates de toda la isla. Me atrevo a decir que no hay un solo menorquín que no haya usado abarcas. Y, por supuesto, si hay una compra imprescindible en cualquier visita a Menorca es, como mínimo, un par de ellas. Hay varios fabricantes locales, entre los más conocidos Ría, Mibo y Castell.
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