sábado, 28 de diciembre de 2013

El Canto de la Sibila

Del diario Menorca.info

Un poco tarde, pero ahí está una entrada sobre el Canto de la Sibila (Sibil.la en balear). Es un drama litúrgico con canto medieval gregoriano originario de Mallorca, que se interpreta en las iglesias en la Misa del Gallo durante los oficios de Nochebuena. La letra de ese canto profetiza la llegada del Redentor y también la llegada del Juicio Final. La melodía gregoriana es de las más antiguas de Europa. El intérprete es una persona vestida con una túnica cubierta por un manto de seda bordado, la cabeza también cubierta y una gran espada en las manos. Vale la pena explicar que las sibilas eran las pitonisas (adivinadoras, profetisas) en el mundo antiguo y por tanto se les consultaba para conocer el futuro.

En noviembre del año 2010, la UNESCO reconoció el Canto de la Sibila como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Cada vez se canta en más lugares, en la Comunidad de Valencia, en la de Cataluña, incluso en la isla de Cerdeña. Pero si lo escribo aquí es porque también se está recuperando en Menorca con la versión del siglo XVIII. No pude asistir, pero espero hacerlo el próximo año.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Cuscussó

Cuscussó del centro de la isla
© Carmen de Vicente

Tanto por el nombre como por la textura y los ingredientes, ese postre típico menorquín de Navidad trae a la memoria a la dominación mora pero no he encontrado información al respecto. Es un postre casero, con distintas variantes según sea la receta de Ciutadella o la del centro de la isla. Creo que se hace menos en el lado de Mahón, aunque tampoco he encontrado detalles. La cuestión es que parecía que la costumbre de hacerlo se iba perdiendo, y precisamente este año he oído de más familias que la conservan o intentan recuperarla. Lo de perderse la costumbre seguramente vendrá dado por el hecho de que es casero, pues siempre es más fácil y rápido ir a la panadería, a la tienda o al súper a comprar algo ya preparado, o bien a que muchos otros postres atractivos lo reemplazan empezando por los turrones y acabando por un sinfín de pastelitos que se han popularizado. La base del cuscussó es pan rallado, al que luego se le añade almendra tostada, azúcar, grasa, canela, ralladura de limón y uvas pasas, y lo cierto es que es tan fácil de hacer que es una lástima que se pierda esta tradición. Habrá que montar algún concurso para conocer las variantes y alentar a que vuelva a extenderse su consumo, pero eso sí que continúe siendo casero y que se coma sólo en Navidad.