lunes, 24 de febrero de 2014

El camino de “sa Cucanya”

Camino de "Sa Cucanya"
© Pilar de Vicente
La que llamamos “carretera general” es la Me-1 y va desde Mahó a Ciutadella y en los mapas la suelen pintar en rojo. Luego están las carreteras que siguen siendo importantes por los centros de población que unen y el tráfico que soportan (Me-2, Me-3, etc..). Éstas también suelen señalarse en rojo, con línea más estrecha. Hay carreteras secundarias que no están numeradas, pero que también son muy importantes, y que aparecen en amarillo-naranja, por ejemplo la que va de Alaior a Son Bou. De ésas en mi opinión la más típica es el camí d’en Kane, del que hablaré otro día. Hoy quiero hablar de otro tipo de vía, a veces representado en verde y sin número ni nombre: caminos que nos remontan al tráfico de otros siglos, cuando no habría asfalto y el medio de transporte más habitual debía ser el carro y la mula. Hoy esos caminos están asfaltados pero mantienen el trazado y características de antes, lo cual nos ubica fácilmente en lo que debió ser usarlos en aquel tiempo. Uno de esos caminos es el de sa Cucanya, que va desde el camí d’en Kane a la altura de Alaior hasta Sa Roca. Tiene unos cinco kilómetros, está bordeado en su mayoría por paredes secas y bosque de encinas, su perfil es ondulado y el ancho de unos dos metros y poco, por lo que obvia decir que adelantar es imposible. ¿O no? pues resulta que ¡el tráfico se permite en ambos sentidos!. El reto es encontrarse con otro coche de frente y salir del impasse sin rasguños. Lo malo es que la visibilidad durante el día es pésima y sólo mejora por las noches por el resplandor de las luces, que sirven tanto para identificar el tráfico de frente como para arrimarse a algún pequeño entrante y hacer espacio al otro. ¿Y si no hay entrante?...pues uno de los dos coches tendrá que ir marcha atrás hasta que encuentre uno. Así y todo vale la pena la odisea para contemplar otros escenarios y abstraerse por un rato de la circulación “densa”. No conozco el origen del nombre del camino (cucaña) pero por sus características es cuando menos irónico que una de las acepciones de esta palabra en el diccionario sea “medio de alcanzar algo rápida y cómodamente”. No dejen de pasar por él una vez, con precaución eso sí.

jueves, 13 de febrero de 2014

El esplendor del campo

"Tancas" en "es camí d'en Kane" entre Alaior y Mercadal
© Pilar de Vicente

Febrero suele ser uno de los meses más fríos, pero algún año hace una excepción. Ese parece ser el caso de 2014: estamos a mitad de mes y por ahora no ha hecho el típico frío de invierno. No creo que hayamos bajado de 4 o 5 grados durante la noche y durante el día de 10. A cambio, eso sí, se ha rebasado la cuota de lluvia. Empezó la segunda mitad de noviembre con muchas ganas, sin darnos tregua durante tres semanas, y ha seguido lloviendo menos pero con insistencia. Como no estamos acostumbrados a tanta agua –aunque sí a la humedad–, el tema se ha convertido en conversación cotidiana: que si todo está encharcado, que si las vacas no pueden salir al campo, que si los cultivos se han ahogado, etc.  Para compensar los inconvenientes, desde hace un mes el campo está esplendoroso, atiborrado de “flor d’avellana” (pasto agrio en español, botánicamente Oxalis pes-caprae), una hierba de origen sudafricano que vino para quedarse, una maleza para ciertos fines pero sin duda un atractivo para la vista.  El espectáculo está al alcance de cualquiera, tanto pasando por la carretera general como por una secundaria o un camino rural. Vale la pena disfrutarlo en vivo. Las fotos se quedan cortas.

martes, 11 de febrero de 2014

Menorca "slow"

Orilla de la playa en Pregondó, entre Cala Pregonda y Binimel.lá
© Damiá de Vicente 
Menorca “lenta”, o a bajas revoluciones. El movimiento “slow” (despacio, lento, pausado) nació en 1986 con la iniciativa “Slow Food” (comida lenta) con el objetivo de defender las tradiciones regionales, la buena comida y la cultura de bajar la marcha. Un movimiento que plantea la necesidad de tomar control de nuestro tiempo, volver a encontrarnos con nosotros mismos, dar importancia a las relaciones personales, disfrutar de las cosas pequeñas a nuestro alcance y todo eso en equilibrio con la tecnología moderna. Bueno, pues los responsables de turismo en la isla han pensado que Menorca como destino de vacaciones armoniza de manera excelente con las ideas del movimiento lento. En mi opinión, un buen acierto. Menorca encarna todo lo necesario para disfrutar con tranquilidad de una caminata por la playa, de comida tradicional casera, de un paseo en bicicleta, de un café con amigos, de la lectura al aire libre, de una puesta de sol a la orilla del mar, de la contemplación del campo o de las estrellas. Un buen plan, calmante y también emocionante.

sábado, 8 de febrero de 2014

Carrera entre faros

Faro de Cavallería desde el mar
© Isabel de Vicente
Dentro de poco más de diez días, el 23 de febrero, tendrá lugar una carrera entre los faros de Cavallería, el punto geográfico más al norte de la isla, en el municipio de Mercadal y el faro de Nati en el municipio de Ciutadella. El recorrido será de 42 km, o sea el de un maratón. Se considera una carrera de montaña por su perfil exigente y, sin duda, será también fascinante por las vistas que ofrece el recorrido.
El maratón estará complementado por otras dos carreras independientes, una equivalente a una media maratón entre El Pilar y Ciutadella y otra de sólo siete kilómetros entre el faro Nati y Ciutadella. En resumen, tres opciones para dar cabida a todos los que quieran disfrutar de este acontecimiento deportivo.