Empezando el descenso a Cala Pilar © Pilar de Vicente |
Aunque lo había planeado varias veces, y a pesar de que ya sabéis que aquí las distancias son de risa, no había estado nunca en Cala Pilar. Una playa virgen, por tanto sin servicios, fantástica, a medio camino entre Ferreríes y Ciutadella. Hay que dejar el coche en un aparcamiento al lado del predio de Sant Felip y luego andar unos 25-30 minutos (los letreros dicen más, pero a paso ligero no es más que esto). El paseo por un camino de bosque a primera hora de la mañana es una delicia. Este bosque y sus alrededores forman parte de la finca Alfurí de Dalt, una zona de más de 250 hectáreas bajo la titularidad del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. En mi opinión la zona está muy bien cuidada. Se empalma con el Camí de Cavalls y luego baja hasta la playa. Ya desde arriba la vista es espectacular y, si uno tiene la misma suerte que yo, puedes estar en la playa completamente solo, con lo que la estancia también lo es. Si no fuera por las pequeñas olas que llegan a la arena deprisa… para volverse a ir, casi se tocaría el silencio.
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