jueves, 30 de mayo de 2013

Mejor todo excluido


Cala Pregonda, © Pilar de Vicente


También en Menorca se ha implantado el régimen del “todo incluido”, ese modelo según el cual la empresa turística en cuestión ofrece a su cliente un paquete por el que, supuestamente, le libra de cualquier preocupación. Por un precio establecido se incluyen desayunos, comidas, cenas, tentempiés, actividades de entretenimiento y también algunas visitas en grupo. Digamos que es el modelo adecuado para los clientes que por encima de todo quieren decir que han ido de vacaciones, aunque sea en plan impersonal: el cliente se relaja y no le queda nada por decidir porque la empresa ya lo ha decidido todo por él. No voy a decir que eso no funciona porque, al contrario, parece que ha tenido mucho éxito en época de crisis. Sí me atrevo a decir que, en lo que al destino de Menorca se refiere, es pobre que nos visiten muchos turistas del “todo incluido”. Nos gustaría que la mayoría de visitantes experimentaran y se llevaran una imagen diferente; ... la mayoría, porque no se puede evitar que haya un poco de todo.

Menorca es muchísimo más que un par de playas comerciales, Monte Toro, y los restaurantes de cuatro hoteles de cadena. Menorca es mejor en régimen de todo excluido: rutas que nos llevan a montones de parajes campestres y apacibles, carreteras estrechas, estrechísimas, y caminos que llevan a playas, calas, puertos y faros, monumentos prehistóricos y cuevas, pueblos, su gente y sus costumbres, la comida y artesanías, fiestas patronales, actividades deportivas y musicales, …. Ven, ven y verás. 



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