© Carmen de Vicente
EN el fondo eso de una primavera
auténtica es una suerte. Por un lado, siempre es mejor eso que empezar a sudar
demasiado pronto. Por otro, el clima nos da la oportunidad de explorar otras
ofertas de Menorca que cuando todo es sol y playa se nos pasan por alto. Y es
que Menorca da mucho de sí: como ejemplo la Menorca prehistórica y su sinfín de
posibilidades. La foto es de Torralba d’en Salord, de su taula de unos 5 metros de altura que debe ser de las más
emblemáticas de la isla. Forma parte de un poblado, del que quedan otros
restos, que fue habitado desde el año 1000 a.C. hasta la época romana, y que quizá
se siguió utilizando hasta la Edad Media.
Torralba d’en Salord está junto a una
carretera estrecha que une Alaior con otra carretera que va desde San Clemente
a Cala’n Porter. Hay que circular con cuidado porque la visibilidad no es buena
en muchos tramos, y también porque circulan todo tipo de vehículos incluyendo
autobuses turísticos, motos y maquinaria de campo. Con esa precaución, la carretera misma es muy simpática y permite
contemplar el campo menorquín desde una perspectiva distinta a la de la
carretera general.
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